El graffiti sueña con tecnología



En la esquina de Madero y Robles Gil, sobre el muro blanco de una casa resalta intricado y brillante El sueño tecnológico, graffiti realizado por artistas locales como Peque, Frase, Arre, Apio y Reten, así como el alemán Seak, invitado por el primero para participar en esta iniciativa de la revista Matika y la Casa Sigmund Freud.

El rostro del padre del psicoanálisis se distingue entre una explosión de colores que delinean letras, moléculas, otras caras. Y una metrópoli se extiende, con la oscuridad de fondo, entre humanos, criaturas azuladas y formas geométricas que unifican ese sueño tecnológico.

“Habla sobre cómo no podemos quedarnos con una visión corta de la ecología. La ciberecología trata sobre la interacción de los elementos vivos, inanimados y lo artificiales”, detalla Roberto Gallegos Ricci, coordinador de la revista Matika, publicación que fue la gestora del proyecto. Todo comenzó con la lectura de “La emoción del ciberespacio: arte y ciberecología”, artículo publicado por Olliver Dyens, investigador de la Universidad del Instituto Tecnológico de Massachusetts, en el que examina el nacimiento de lo que llama “cyborg cognoscitivo” en el ciberespacio. “Este cyborg, creado por la simbiosis cognoscitiva del hombre y la computadora, abrirá el camino para nuevas percepciones del mundo, del arte y a nuevas emociones”, se lee en ese artículo.

El mural fue planeado para publicarse en la revista, y luego de contactar a los artistas y conseguir patrocinios se realizó en cinco días, proceso que fue documentado en video.“La gente no quiere ver gris, quiere ver color, apropiarse de la ciudad. El arte urbano es un arte de nuestro tiempo, todo lo queremos inmediato y el aerosol permite eso”, agrega Gallegos.

El costo del mural, así como de la producción del video, fue cercano a los cien mil pesos, monto que fue recaudado a través de patrocinios. Debido a que el graffiti se ubica en la colonia Americana, donde se encuentran fincas patrimoniales, el Ayuntamiento de Guadalajara sólo otorgó un plazo de tres meses para su permanencia; esto en parte por las quejas de algunos vecinos, quienes consideran esa expresión artística como “arte de cholos”.

“Es una ventana hacia el mundo de los sueños. Y la tecnología te permite crear lo que sueñas, este es nuestro tiempo”, concluye Roberto Gallegos Ricci.

Este artículo fué publicado en:
http://www.milenio.com/guadalajara/milenio/nota.asp?id=574557

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