Cuando era niño siempre me pregunte sobre el graffiti y aquellas pinturas complejas y a la ves simplificadas que veía yo que invadían los muros, bardas, comercios y espacios públicos de mi ciudad. Al inicio victima de los estereotipos de una sociedad me referenciaban marginalidad e inseguridad y en ocasiones hasta un poco de miedo. Pero al tiempo, pasar por las zonas “graffiteadas” de la ciudad, fue convirtiendo a esa ciudad en una galería urbana.. Al cobijo de muchas criticas y de grandes incertidumbres y polémicos comentarios. No sabre a razón cierta desde mi visión si esto es vandalismo o arte. E igual no me interesa descifrarlo. Como fotografo veo que los autores de estas pintas urbanas han logrado algo que para muchos de los artistas no es tan fácil. Y es el intervenir la ciudad con sus creaciones. Acercar su obra a la gente y no esperar la aprobación de algún critico, curador , o destacado de la cultura. Tampoco necesitan de un publico selecto o un espacio de arte. Su galería son las calles de su ciudad, sus barrios, sus rutas. Y su publico es su gente sus con-ciudadanos. Como joven admiro su revelida pacifica y la forma que tiene de gritar a un sistema sus sentimientos e ideales.
Muchas veces lo hacen a través del muro del vecino.
Texto y fotografias contribución de Hector Guerrero Skinfill
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