El arte de la calle entró en el exclusivo mundo de las galerías. Lo hizo con una exposición en Londres de unas 60 obras del británico Banksy, un polémico y poético ‘artista guerrillero’ de quien se conoce muy poco, pero que se ha convertido en uno de los grandes nombres en el arte.
Obras que fueron ejecutadas por Bansky en muros, postes, edificios y portones de las calles de Londres y otras ciudades figuran en la exhibición, presentada en una galería del oeste de Londres, especializada más bien en artistas como Picasso y Matisse.
Están algunas de sus figuras más emblemáticas, pintadas con aerosoles, como la del encapuchado que se prepara a lanzar no una bomba, sino un ramo de flores, varios esténciles de grandes ratas, y el de los pensionistas jugando a las bochas (cocos) con bombas.
También hay una donde se lee “no puedo creer que hayan sido tan imbéciles como para comprar esa mierda” (algo que Andy Warhol se preguntaba sobre su obra).
La exposición en la galería Andipa confirma sobre todo que el mercado para el arte callejero y su mensaje políticamente subversivos está en ascenso: los precios de Bansky se han disparado.
Una de las obras, Riot Green, ejecutada en aerosol, esténcil (plantilla) y acrílico, fue comprada hace ocho años por una estudiante por 300 libras (USD 600). Ahora, el precio que acompaña ese cuadro es de USD 300 000.
Los precios de las obras ofrecidas en la galería oscilan entre unos USD 15 000 para un grabado hasta USD 900 000 para una pintura colorida de tiburones rodeando un carrito de supermercado lleno de peces, titulada La pintura que todos quieren pero nadie compra.
“El arte de la calle es uno de los movimientos en el arte contemporáneo que registra un mayor crecimiento”, explicó el dueño de la galería Acoris Andipa.
Él subrayó que Banksy no tiene nada que ver con la exposición, y que ha comprado las obras a coleccionistas del mundo entero, cuando los precios de las obras no eran aún astronómicos.
“El arte callejero se está convirtiendo en el nuevo pop art”, subrayó Andipa, al señalar el creciente apetito por Bansky, a quien considera uno de los artistas contemporáneos más geniales: “Creo que es simplemente genial la manera como satiriza el mundo en que vivimos, al mismo tiempo que guarda un toque de poesía, lirismo”.
Hace poco, en la casa de subastas Sotheby’s, en Nueva York, una obra de Bansky se vendió por más de USD 1,8 millones.
Entre los coleccionistas que se pelean las obras de este joven y enigmático artista -que en el 2006 dejó su esténcil de un preso de Guantánamo en medio del parque temático de Disney, en California- figuran los actores Brad Pitt y Angelina Jolie y la cantante Christina Aguilera.
“El buen arte contemporáneo refleja la sociedad en que vivimos. ¿Y quién refleja mejor nuestra cultura urbana y el mundo que estamos viviendo que artistas como Bansky?”, plantea Andipa.
La muestra es la mayor exhibición comercial de obras de Bansky. “Pero ninguno de los cuadros ejecutados en la calle y para la calle está en venta, porque yo creo que el arte callejero debe de quedarse allí”, dijo el galerista.
Mientras tanto, en Londres se organizan exposiciones de artistas callejeros, como el francés Blek Le Rat o el estadounidense de origen chino David Choe.
http://www2.elcomercio.com/noticiaEC.asp?id_noticia=174604&id_seccion=7
Obras que fueron ejecutadas por Bansky en muros, postes, edificios y portones de las calles de Londres y otras ciudades figuran en la exhibición, presentada en una galería del oeste de Londres, especializada más bien en artistas como Picasso y Matisse.
Están algunas de sus figuras más emblemáticas, pintadas con aerosoles, como la del encapuchado que se prepara a lanzar no una bomba, sino un ramo de flores, varios esténciles de grandes ratas, y el de los pensionistas jugando a las bochas (cocos) con bombas.
También hay una donde se lee “no puedo creer que hayan sido tan imbéciles como para comprar esa mierda” (algo que Andy Warhol se preguntaba sobre su obra).
La exposición en la galería Andipa confirma sobre todo que el mercado para el arte callejero y su mensaje políticamente subversivos está en ascenso: los precios de Bansky se han disparado.
Una de las obras, Riot Green, ejecutada en aerosol, esténcil (plantilla) y acrílico, fue comprada hace ocho años por una estudiante por 300 libras (USD 600). Ahora, el precio que acompaña ese cuadro es de USD 300 000.
Los precios de las obras ofrecidas en la galería oscilan entre unos USD 15 000 para un grabado hasta USD 900 000 para una pintura colorida de tiburones rodeando un carrito de supermercado lleno de peces, titulada La pintura que todos quieren pero nadie compra.
“El arte de la calle es uno de los movimientos en el arte contemporáneo que registra un mayor crecimiento”, explicó el dueño de la galería Acoris Andipa.
Él subrayó que Banksy no tiene nada que ver con la exposición, y que ha comprado las obras a coleccionistas del mundo entero, cuando los precios de las obras no eran aún astronómicos.
“El arte callejero se está convirtiendo en el nuevo pop art”, subrayó Andipa, al señalar el creciente apetito por Bansky, a quien considera uno de los artistas contemporáneos más geniales: “Creo que es simplemente genial la manera como satiriza el mundo en que vivimos, al mismo tiempo que guarda un toque de poesía, lirismo”.
Hace poco, en la casa de subastas Sotheby’s, en Nueva York, una obra de Bansky se vendió por más de USD 1,8 millones.
Entre los coleccionistas que se pelean las obras de este joven y enigmático artista -que en el 2006 dejó su esténcil de un preso de Guantánamo en medio del parque temático de Disney, en California- figuran los actores Brad Pitt y Angelina Jolie y la cantante Christina Aguilera.
“El buen arte contemporáneo refleja la sociedad en que vivimos. ¿Y quién refleja mejor nuestra cultura urbana y el mundo que estamos viviendo que artistas como Bansky?”, plantea Andipa.
La muestra es la mayor exhibición comercial de obras de Bansky. “Pero ninguno de los cuadros ejecutados en la calle y para la calle está en venta, porque yo creo que el arte callejero debe de quedarse allí”, dijo el galerista.
Mientras tanto, en Londres se organizan exposiciones de artistas callejeros, como el francés Blek Le Rat o el estadounidense de origen chino David Choe.
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