El graffiti: una expresión del arte urbano que genera amores y odios

Esta habilidad, como una de las más extendidas formas del arte callejero, es una expresión estética que crece de manera silenciosa, genera sentimientos encontrados entre los habitantes de cualquier ciudad, que al mismo tiempo quieren sus paredes limpias, pero admiran la belleza de algunas pintadas.



Buenos Aires. El graffiti, como una de las más extendidas formas del arte callejero, es una expresión estética que crece de manera silenciosa, ocupa un lugar en el mobiliario urbano y genera sentimientos encontrados entre los habitantes de cualquier ciudad, que al mismo tiempo quieren sus paredes limpias, pero admiran la belleza de algunas pintadas.

Las manifestaciones artísticas novedosas gozaron desde siempre de numerosos adeptos pero también de gran cantidad de detractores, y los ejemplos de esta ambigüedad son por demás elocuentes y numerosos en la música, la pintura, la escultura y el arte en general.

Habría que establecer qué se entiende por arte, aunque éste punto de vista suele derivar en un tema discutible, porque hoy se puede denostar algo, que mañana será considerado sublime y aquí los ejemplos una vez más son abundantes.

De todas maneras, entre las manifestaciones artísticas y el vandalismo debería haber un abismo, pese a que ambas conviven en el denominado arte callejero.

El graffiti es una expresión artística genuina, que tiene su historia, sus antecedentes y que goza de reputación en todo el mundo, entre sus admiradores.

Joaquín Lavori, alias “Creo”, es un exponente de esta manifestación creativa y tiene muy en claro cuál es el sentimiento en general del habitante urbano, en torno al graffiti.

“Es algo que está mal visto, ya que la gente cree que lo hacemos con intenciones de hacer daño o simplemente por el hecho de ensuciar. Para nosotros es embellecer las paredes y la ciudad”, indicó en declaraciones a la agencia NA.

Estudiante de tercer año de diseño gráfico y con cinco años de antigüedad en la actividad de graffitero, Lavori se define en su página web como “proyectista, imaginario y colorido”.

Su visión con respecto a las pintadas que expresan siglas o nombres, tiene una óptica muy distinta al común de la gente al explicar que “se denominan Tag y son la forma más elemental y básica del graffiti”.

“Es una expresión artística, pero muy elemental. Todos los graffiteros nacieron del Tag”, explicó el artista que señaló su disgusto con ciertos adolescentes que “desprestigian al arte del graffiti, porque no respetan los códigos y escriben sobre los trabajos ya hechos”.

A su vez, en su búsqueda por elevar el sentido de esta manifestación urbana, mencionó las distintas características y denominaciones, que se pueden encontrar en los graffitis.

“Además del Tag, están las Piezas, que son un nivel más avanzado de graffiti con mayor complejidad tanto en sus formas como en sus colores. Otra variante más simple son las Bombas, que tienen líneas de contorno, como si fueran letra doble y donde un color hace el relleno”, precisó.

El perfil creativo de este personaje, que por las noches sale en la búsqueda de alguna pared vacía para estampar su arte, se acentúa un poco más cuando relata la explicación de qué quiso expresar al elegir como seudónimo a la frase “Creo”.

“Mi mensaje está en mi Tag, por eso lo elegí. Creo significa creer y crear, es decir creer en los graffitis y crearlos”, aclaró el graffitero.

Lavori se mostró a favor de una reglamentación y organización de la actividad, aunque por otro lado mencionó su temor porque se “popularice”, ya que según él “se perdería la marginalidad y la raíz underground, que tiene la historia del graffiti”.

La expresión a través del graffiti es un comportamiento social, político, artístico, plástico y creativo, en el que se intentan plasmar mensajes urbanos.

Tiene ciertas características específicas como la marginalidad, ya que no se encuadra dentro del marco legal y oficial de la comunicación, en el mobiliario urbano, por tener una ideología diferente.

Al estar prohibidos por ley, constituyen al mismo tiempo una gran tentación de transgredir para quienes lo realizan, además de tener que trabajar a gran velocidad, para evitar cualquier inconveniente.

A su vez, el anonimato es otro signo distintivo de estas expresiones artísticas, algo que puede estar relacionado con la marginalidad antes mencionada, aunque también es una forma de camuflar al autor.

La espontaneidad y su puesta en escena son utilizadas como estrategia para expresar el mensaje urbano, pese a no saber qué tiempo de duración tendrá su participación dentro del mobiliario de la ciudad.

Los graffitis están presentes de manera silenciosa y anónima dentro de la ciudad y si bien muchas veces la población les muestra indiferencia, en el fondo es un arte que genera amores y odios.


http://www.elciudadano.net/NOTAS/nota.php?nombre=ULT-01-03-2008-034

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