Neomuralismo callejero

Esténciles y stickers forman retablos urbanos que trasmiten poderosos mensajes

La calle, el espacio urbano sitio lúdico por antonomasia a transgredir, a ocupar, intervenir, invadir. A su vez, la mejor salida para aquellos artistas que no se identifican con el mercado o que no acaban de encajar en el circuito tradicional de las galerías y los museos. Instalados en el confort claustrofóbico de la aldea global, de la que profetizaba el estadounidense Marshall McLuhan, solo el sentido de la vista está capacitado para guiar nuestros sentidos por una avalancha de imágenes que nos hablan ahora de lo que las palabras no pueden. El culto a la imagen se manifiesta hoy en día en todos los medios y somos cada vez más dependientes de los estímulos visuales para entender y comprender el mundo que habitamos, tanto para expresarnos como para comunicarnos.

Esto ha generado un debate sobre el tema de los espacios públicos y privados en las grandes ciudades, expuestas al bombardeo o la sobresaturación de imágenes e iconos por todas partes. No importa si es calle transitada o semisola, es blanco perfecto de invasión. Estamos ante un barroquismo de imágenes que nos saturan hasta el hartazgo. Hoy la publicidad es la dueña casi absoluta de la comunicación visual. La publicidad alimenta nuestra adicción a las imágenes.

Para la artista visual Marcela Israel, quien basa su quehacer plástico precisamente en la intervención del espacio "público", el stencil o plantillas, y el sticker, las calcomanías, son una manifestación visual evolucionada del arte callejero. Aunque, agrega, este método lo usaba la propaganda nazi y la generación mundial del 68, no es asunto nuevo ya que en el México del siglo de fines del XIX José Guadalupe Posada colocaba sus grabados políticos metaforizados con calaveras sobre la ciudad tal como hoy lo hacen muchos de los rebeldes del aerosol.

Lenguaje económico

Arte efímero, anónimo, visual. De relativa facilidad para hacer, esténciles y stickers tienen la comodidad de resultar baratos de hacer y son masificables. El stencil puede reproducirse en serie porque es como su nombre lo indica, una plantilla. "Plaquear" la ciudad como si de pegar publicidad se tratara. De influencia estadounidense emplea los altos contrastes y el poetismo de sus sobrenombres como Flux, Prophet, Robo, Asterisco, Neot, Watchavato, por mencionar a algunos de quienes se apoyan en este trabajo artístico para revelar sus puntos de vista sobre el mundo de hoy.

Apoyados por el software, los ejércitos del aerosol y las plantillas han llenado la ciudad con imágenes tan variadas como ocurrentes. Imágenes de Chaplin o "Santo, el enmascado de Plata", Fox y López Obrador, campañas para uso del condón, Bob Marley, Bin Laden, doctores Simil, la Santa Muerte, los narcos, poemas y saludos de cualquier índole son otros ejemplos.

Algunas galerías europeas han iniciado una cooptación de este discurso visual y han adoptado su narrativa como una de las manifestaciones que, principalmente emprendida por diseñadores gráficos, los intervencionistas urbanos hacen para adaptar el contexto a sus intereses visuales. La semana pasada, en la galería *, de Valencia, España, hubo una presentación de esténciles donde participó el sinaloense Luis Romero, "Watchavato". De 32 años, es diseñador gráfico de formación y ve en lo que hace una labor consciente de "neomuralismo callejero". Opina que los taggers o grafiteros, aquellos que ponen sin ningún argumento estético o ideología su firma en cristales del Metro y paredes, "son una corriente que no sabe qué quiere". El stencil y las calcomanías son para Watchavato una expresión personal sobre su natal Sinaloa, donde la cultura del narcotráfico y la música de banda son la esencia del lugar, en sus imágenes hay una referencia irónica a las narco ejecuciones.

Cortar y pegar

A su vez, las calcomanías colocadas incluso en el Metro, buscan provocar una "contraseñalización", una saturación de señalizaciones. Usar postes de luz, puestos de comercio ambulante, anuncios viales como medios efectivos de difusión de una marca que es uno mismo. Hacen uso de medios previamente inventados para atraer público. Por ejemplo, unas calcomanías donde se ve a una mujer exuberante muestran abajo la leyenda "Prophet Anarquia" o los de Watchavato con una ametralladora, de fondo sangre desparramándose y abajo la leyenda "Saludos Sinaloa".

Es jugar con el humor y la comunicación. Periférico, Insurgentes, Coyoacán, Xochilmilco y toda la periferia de la ciudad son tapizadas con calcomanías de diversos gustos, colores y anuncios. Todo es blanco perfecto de ataque y ocupación. No se escapan ni las patrullas, ni las estaciones del Metro, ni las iglesias.

Filemón Alonso
El Universal octubre 2005

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