Óscar Cid/Enviado
Guanajuato, México (16 octubre 2007).- Hace un mes, sólo basura y escombros ocupaban la casona marcada con el número 45 en la calle de Pocitos, hasta que, cual plaga, un centenar de creadores multidisciplinarios la tomaron e hicieron suya para convertirla en un espacio galerístico.
El nombre del proyecto es precisamente La Casa Tomada, y a decir de su coordinador, Miguel Medina Pérez, en ella confluyen 150 propuestas artísticas que "apañaron" lúdicamente sus espacios: fachada, habitaciones, techos, patios, pasillos, escaleras y hasta cuartos de baño, se han convertido en auténticas obras de arte urbano.
"Cuando llegamos el estado de la casa era de total abandono; estaba deteriorada, con escombros y grietas por todas partes (...) Así que tratamos de darle nueva vida", cuenta Medina.
Pero esa condición de olvido que mostraba la casona de dos pisos, en cuya intervención participaron un 90 por ciento de creadores locales o radicados en la entidad, también tiene un discurso político.
"Su abandono es igual al abandono que ha tenido la propia sociedad y Gobierno a la comunidad cultural y artística de Guanajuato, que incluso no ha destinado los espacios necesarios para manifestarse dentro del festival", refiere Medina.
La Casa Tomada, más que una exposición es una gran obra colectiva desplegada en cerca de mil metros cuadrados.
Forma parte de la programación del 35 Festival Internacional Cervantino, que por primera vez abre espacio a los creadores plásticos jóvenes de la entidad, asegura Mafer Galindo, coorganizadora del proyecto alternativo junto a Marko Gaytán.
La promotora cultural señala que la propuesta "que incluye el trabajo de artistas como Miguel Castro, Jorge Castellanos, Flor Bosco, Claude Mathey y Óscar Escalante" se abre un panorama del "movimiento subterráneo" del Bajío a través de intervenciones por medio de murales, esculturas, graffitis, arte objeto, e incluso fotografía, videos y performances.
"En este experimento ocurren cosas interesantes", precisa Medina. "Cada artista ha llegado con su propuesta, pero en el momento de confluir en los espacios, las piezas se van imbricándose, se van mezclando, teniendo como resultado cosas inesperadas".
La dicha de estar triste, de Andrea Rodríguez; Helium, de Rodrigo Cortés, y Capítulo 7, de Emmanuel Ontiveros, Amaranta Verdugo, Gea Hernández y Daniela Armenta, son algunas de las instalaciones que confluyen en este espacio con exposiciones como Nightshots, de Diego Liedo, y Máscaras mexicanas, de Sebastián Casartell.
La Casa Tomada, cuya sede recién fue adquirida por el Instituto de Cultura de Guanajuato, es una extensión de la calle, precisa Galindo:así como los artistas se hicieron de la propiedad, se espera que lo hagan los transeúntes.
Así lo dijo
"En un museo las obras están resguardadas bajo condiciones especiales; aquí eso no se requiere, porque éste no es arte para colgarse: es arte para usarse", Miguel Medina, arquitecto y promotor cultural.
Este artículo fué publicado en:
http://www.mural.com/cultura/articulo/395/788068/
El nombre del proyecto es precisamente La Casa Tomada, y a decir de su coordinador, Miguel Medina Pérez, en ella confluyen 150 propuestas artísticas que "apañaron" lúdicamente sus espacios: fachada, habitaciones, techos, patios, pasillos, escaleras y hasta cuartos de baño, se han convertido en auténticas obras de arte urbano.
"Cuando llegamos el estado de la casa era de total abandono; estaba deteriorada, con escombros y grietas por todas partes (...) Así que tratamos de darle nueva vida", cuenta Medina.
Pero esa condición de olvido que mostraba la casona de dos pisos, en cuya intervención participaron un 90 por ciento de creadores locales o radicados en la entidad, también tiene un discurso político.
"Su abandono es igual al abandono que ha tenido la propia sociedad y Gobierno a la comunidad cultural y artística de Guanajuato, que incluso no ha destinado los espacios necesarios para manifestarse dentro del festival", refiere Medina.
La Casa Tomada, más que una exposición es una gran obra colectiva desplegada en cerca de mil metros cuadrados.
Forma parte de la programación del 35 Festival Internacional Cervantino, que por primera vez abre espacio a los creadores plásticos jóvenes de la entidad, asegura Mafer Galindo, coorganizadora del proyecto alternativo junto a Marko Gaytán.
La promotora cultural señala que la propuesta "que incluye el trabajo de artistas como Miguel Castro, Jorge Castellanos, Flor Bosco, Claude Mathey y Óscar Escalante" se abre un panorama del "movimiento subterráneo" del Bajío a través de intervenciones por medio de murales, esculturas, graffitis, arte objeto, e incluso fotografía, videos y performances.
"En este experimento ocurren cosas interesantes", precisa Medina. "Cada artista ha llegado con su propuesta, pero en el momento de confluir en los espacios, las piezas se van imbricándose, se van mezclando, teniendo como resultado cosas inesperadas".
La dicha de estar triste, de Andrea Rodríguez; Helium, de Rodrigo Cortés, y Capítulo 7, de Emmanuel Ontiveros, Amaranta Verdugo, Gea Hernández y Daniela Armenta, son algunas de las instalaciones que confluyen en este espacio con exposiciones como Nightshots, de Diego Liedo, y Máscaras mexicanas, de Sebastián Casartell.
La Casa Tomada, cuya sede recién fue adquirida por el Instituto de Cultura de Guanajuato, es una extensión de la calle, precisa Galindo:así como los artistas se hicieron de la propiedad, se espera que lo hagan los transeúntes.
Así lo dijo
"En un museo las obras están resguardadas bajo condiciones especiales; aquí eso no se requiere, porque éste no es arte para colgarse: es arte para usarse", Miguel Medina, arquitecto y promotor cultural.
Este artículo fué publicado en:
http://www.mural.com/cultura/articulo/395/788068/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario